Esta noche he soñado, ¡he soñado
contigo!
Hacía tiempo que no lo
hacía. Subías rápido, pero al mismo tiempo lento.
Eran las escaleras del
metro, las de la parada de Colón, en Valencia y al encuentro.
Tu pelo teñido de
medio rubio, te hacía joven, interesante, lúcido. Alcanzabas la cima, feliz,
risueño, alegre, resuelto.
Tus manos alzadas
indicaban saludo, ilusión, ¡estoy aquí!, gritabas.
Yo te miraba,
extrañada, sorprendida, y también ilusionada. Aquella casualidad surgida de la
nada... no la esperaba.
Una parada, que podría
haber sido otra...
Y me habría perdido,
este instante, este momento.
Me arrollaste con un
beso, un abrazo y un deseo.
Y de pronto...
apareciste dentro, en mis sábanas perdido, de fondo blanco y lindas flores, de
rosas, de claveles.
Y decías con tus
manos, y hablabas con tus ojos.
Soñamos juntos,
vivimos momentos otros. Y mis manos y mis ojos, con los tuyos
encontrados...
Acariciamos el mejor
día soñado.
Remei